sábado, 7 de marzo de 2009
Tal vez eternidad.
Me coloque en la repisa de la ventana esperándola como hacía todas las noches. La amaba, no había conocido persona igual en mi eternidad. Me he enamorado de personas jóvenes, adultos, de niños, tanto hombres como mujeres, me he enamorada de todo lo rebosante de vida. Me he enamorado de una flor o simplemente de un árbol, de la desesperación y a la vez de la felicidad. Me he enamorado de las sombras y de la luz del sol. Pero ella, era especial. No podía enamorarme y sin embargo siempre lo hacía. También me desenamoraba fácilmente. Lo mismo pensé que ocurriría con ella , que este enamoramiento sería efímero y que en pocos días desaparecería. Llevaba desde su nacimiento vigilándola, pensando que pronto me encomendarían la tarea de acabar con su corta vida mortal, odiando ese día, y ,alavez,siendo consciente de que pronto llegaría. Si es duro obserbar el pavor en los ojos de personas que he amado en algún tiempo.¿Como iba a hacer lo mismo con ella mañana?
Por una vez me atreví y la espere entre las sombras de su habitación para darme a conocer y darle un ultimo adios antes de tener que realizar la tarea que me habían encomendado.
Un grito de pavor que procedía de su garganta me sobresalto. Pensé en abrazarla y decirle lo que de verdad sentía y era pero simplemente desaparecí y la deje con su desconcierto.
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